sábado, 24 de septiembre de 2011

HARTITA PERDIDA


CARRILLERAS EN VINO CON SALSA DE CACAO AMARGO

No puedo más, el Miguel me tiene harta, hartita perdida; pues no dice ahora que se va a poner a régimen, que está echando tripa. Si no se bebiera todos los día 14 cañas con los amigos no tendría esa tripilla que, la verdad, tampoco es para tanto, con una camisa ancha de esas que se llevan ahora ni se nota. Y quiere ponerse a régimen, estoy yo para hacer comistrajos especiales.  Si no se tarda nada, dice. Pues claro que se tarda, se tarda lo que tardo en hacer la comida normal y lo que tardo en hacer la del régimen.  Voy a bajar al mercado a ver que tienen para comer mañana y ya veremos…

… Pues tenían carrilleras de ternera a 9 €, en oferta.  Al fin y al cabo es carne magra y no creo que engorden mucho. ¿Cómo se hacían? A ver si me acuerdo…

Me he traído todas las que había porque esto merma mucho y tengo que calcular a cuatro por cabeza. 4 x 4 = 16, justo las que quedaban. 

Lo primero es mirar a ver si están limpias y, si no, quitarles la grasa y esas telillas tan desagradables… Ah, pues vienen bastante decentes, sólo un par de trocitos de sebo, que sale muy bien.  Perfecto.

Ahora las echo en un bol de cristal y las cubro de vino tinto con orégano para que se tiren macerando toda la noche… Pues ya está, las haré mañana y no creo que el Miguel se queje mucho porque me parece que le gustaban.  A quién no le van a gustar, tan jugositas y sabrosas.  Se me hace la boca agua.


Menuda mañana llevo, sólo para sellar el paro me he tirado tres cuartos de hora y eso que he ido tempranito, me llego a dormir y se me hace de noche.  Venga, un café y me pongo el delantal que si me mancho esta blusa me da un infarto y me da una pereza atroz desnudarme ahora…

Vamos allá, pongo papel de cocina en a encimera y seco bien las carrilleras. Huy, se han quedado blanditas, blanditas. Van a estar de cine. Ahora sal y pimienta por las dos caras. Muy bien. 

Pongo a fuego fuerte la olla con un poco de aceite y las doro por las dos caras para que se sellen y queden jugositas por dentro.  Esto no se puede hacer con el fuego flojo porque pierden agua y se resecan además, si está suficientemente fuerte, deja pegado en el fondo una costrilla que luego de da un sabor estupendo a la salsa. Reservando las carrilleras doraditas. Ar.

¡Coño, el teléfono! Siempre me pilla con las manos sucias… ¡Me cago en la madre de MoviStar! ¿Qué más quieren si ya soy cliente, molestar por molestar?

Pues estos ajos van a pagar los platos rotos, a filetearlos con saña y, a la olla.  Mientras se doran voy picando un par de zanahorias, otros tantos puerros (qué gracia me hizo mi suegra cuando le dijo a la niña que no fumara puerros…) y una cebolla.  Al aceite, esta vez flojito y, con sal, a pocharse.  Mientras se pochan voy a mirar un poco Internet que va a tardar unos diez minutos…

Bueno, se ha pegado un poquito pero no importa, distribuyo las carrilleras por la olla, les echo todo el vino de la maceración y a hacer chup chup despacito durante dos horas.  Son las once y media, justo a tiempo.

La una y media, no me ha cundido nada el día, he debido estar en un viaje astral porque se me ha pasado la mañana volando y no he hecho nada… Venga, a sacar la carne de la olla.  Ahora con la batidora en medio del caldo paso todas las verduras cocidas para que espese un poco la salsa y la pongo a reducir un rato; hasta que tenga la consistencia que me gusta… añado una pella de mantequilla para que brille la salsa y un puñadito de granos de chocolate fondant amargo.  Remuevo, doy el punto de sal, vuelvo a meter las carrilleras, les doy un hervorcito y listo (se pueden servir con unas patatas pero eso sí que engorda).

Uff, se me pone la carne de gallina. Qué bueno está esto

Muy dietético, muy dietético no ha quedado pero al Miguel le encantan y no creo que se queje y, si se queja, que lo haga él.  ¡No te jode!